Autor: Won-pyung Sohn
Género: Narrativa
Editorial: Océano Gran Travesía
Número de páginas: 256 páginas
ISBN: 978-6075573076
Idioma: Español
Yunjae observa a un psicópata que ataca a su madre y a su abuela (No es spoiler, lo dice la contraportada). No tiene miedo cuando ve correr la sangre, por eso no huye, y tampoco siente tristeza. ¿Qué le sucede a este adolescente?
Alexitimia
Así se llama el trastorno con el que nació Yunjae, el que le impide tener sentimientos como el miedo, la tristeza o la alegría. Tampoco es capaz de identificarlos en otras personas.
Conozco varias novelas que tratan el tema de la falta de sentimientos, aunque Almendra es la primera que leo en la que esta carencia se debe a un factor realista. Leerla nos ayuda a empatizar con quienes tienen alexitimia, y esto es importante porque muchos de ellos a menudo pasan por falsos diagnósticos, burlas y hasta agresión física.
Al final del libro hay una nota de la autora en la que reconoce que no es de las personas que participan activamente en cuestiones sociales, pero espera que su obra anime a las personas a que ayuden a jóvenes con condiciones como las que explora en Almendra.
“—Abuela, ¿por qué la gente dice que soy raro?
Sus labios se destensaron.
—Quizá sea porque eres especial. La gente no soporta cuando algo es diferente, mi pequeño monstruo adorable”.
¿De qué trata?
Almendra nos cuenta la historia de Yunjae, desde su nacimiento hasta el bachillerato, explorando con más detalle su etapa de adolescente, donde tiene que aprender a vivir solo, luego del incidente del psicópata. ¿Qué hará? ¿Lo que le enseñó su madre será suficiente para enfrentarse él solo a un mundo que muchas veces no entiende?
Mi experiencia de lectura
Es una novela que se lee muy rápido, gracias a sus capítulos cortos (sin desmeritar el hecho de que es una historia conmovedora). Solo un capítulo más, piensas antes de poner el separador, y terminas sumando más páginas de las que habías planeado adelantar.
Me enganché desde el comienzo. Después, como a la mitad del libro, empecé a temer que se convirtiera en algo que no me llevara a ningún lado, pues comenzaron a aparecer nuevos personajes de los que la autora cuenta su presente y pasado.
En los cursos y manuales de creación literaria, suelen advertir del peligro de escribir escenas o crear personajes que no aporten a la historia, aunque uno como autor piense que sí aportan. Incluso, muchas veces recomiendan eliminar todo eso que “no sirve”: “Ahora que terminaste tu primer borrador, tienes que quitar todo lo que se desvía del eje central. Son partes que el escritor necesita escribir para conocer a sus personajes y al mundo que los rodea, pero que el lector no necesita (ni quiere) leer”. Quien quiera aprender a contar una historia, haría bien en seguir esas recomendaciones. Sin embargo, de vez en cuando, alguien rompe las reglas y lo hace bien. Creo que es el caso de Won-pyung Sohn.
Conforme avanza la novela, se van atando cabos: algunos personajes que creía que eran secundarios adquieren protagonismo, y las escenas que me parecían irrelevantes cobran sentido. Aunque, siendo honesto, sí creo que sobran un par de ellas, pero eso no es tan malo pues, como mencioné anteriormente, los capítulos son cortísimos y no sentí que perdí tiempo leyéndolos.
En mi opinión, el último cuarto de la novela es lo mejor. No obstante, me cuestiono qué tan bien resulte ese final… No quiero desvelar más, pero si ya leíste esta novela, cuéntame qué te pareció.
Conclusiones
Una lectura recomendada, ágil, que trata un tema poco explorado en la literatura. Personajes con los que es fácil conectar. Dato curioso: la narración en primera persona es fría; te cuenta las cosas como las ve. Por ejemplo, si alguien está asustado, Yunjae describe cómo se le contrae el rostro, en lugar de decir que percibió el miedo en su mirada. El protagonista permanece impávido ante situaciones que afectarían el ánimo de la mayoría de las personas. Al principio puede resultar extraño, pero una vez que te “subes al tren” y decides creerle, se gana tu cariño
Valoración:
